Y luego están ocho o más sin ninguna posibilidad de entrar a la postemporada a menos de que algo drástico suceda o que realmente tengan mucha suerte. Esa es la fría y dura realidad en una liga donde el talento no está distribuido equivalentemente, donde los agentes libres solamente ficharán en algunos destinos, donde el proceso de reconstrucción le llega pronto a ciertos equipos y donde las pobres selecciones en el draft o los malos intercambios de jugadores han hecho que algunas franquicias se mantengan en los últimos lugares.
La temporada 2010-11 no será muy diferente. Una media docena de clubes saben que tendrán la posibilidad de disputar más de 82 partidos, debido una variedad de razones. Nadie deber ser descartado antes del inicio de la temporada y, del mismo modo, una poca cantidad de equipos tendrán problemas para entrar en la pelea.
Los pueden llamar los Ocho Ansiosos, los Ocho Afligidos o los Ocho detrás de la Bola Ocho. Hemos nominado ocho conjuntos que comenzarán la campaña con sus narices apretadas contra la ventana, preguntándose si podrán encontrar la forma de clasificarse a los playoffs:
Timberwolves. Bien, Ricky Rubio puede seguir siendo el hombre que les de una luz brillante: Pero no está extrañando nada. Quizás en un año, si le dan ganas de dejar España para unirse a la NBA, los Wolves estarán en posición de ascender en la tabla de posiciones. Pero incluso eso no se ve claro en un equipo que colocó mucho dinero para contratar a Darko Milicic. Los Wolves no están construidos para hacer algo grande esta campaña y necesitarán una buena elección en la lotería y otro refuerzo más para que su futuro sea más brillante la siguiente temporada. Han ganado 33 choques o menos en los últimos cinco años y todo indica que serán seis. Demasiados jugadores en desarrollo necesitan estallar esta campaña-- Martell Webster, Michael Beasley, Kevin Love y Corey Brewer – para que los Wolves puedan sorprender a alguien en la campaña 2010-11.
Nets. Al menos la flecha está apuntando hacia arriba para los Nets. Uno dice, tras una temporada en la que apenas lograron 12 victorias, ¿cómo podría ser diferente? Bien, los Nets pueden haber salido de una pobre campaña y seguir estancados con una nómina llena de jugadores mediocres y un entrenador tacaño. Pero éste no es el caso aquí. Aún les falta una verdadera estrella, pero Brook Lopez es un pívot de 23 años y todos deliran con la llegada de Derrick Favors, su elección de primera fase en la lotería, y del guardia armador Devin Harris, que apenas tiene 28 años. El nuevo entrenador del equipo, Avery Johnson, llevó a Dallas a las finales de la NBA hace mucho, mucho tiempo. Y el nuevo dueño es el único hombre rico de la NBA, por no decir el de todos los equipos de los otros deportes. Por ende, la gente tiende a disfrutar la dirección que están tomando los Nets, aunque no esta temporada. Ningún equipo llega a los playoffs un año después de haber protagonizado una de las peores campañas en la historia de la liga. Básicamente, a uno no le gusta como están ahora. Pero esperen a que se muden a Brooklyn en dos años.
Pacers. ¿Cuántos grandes anotadores desperdiciaron sus mejores años en malos equipos? ¿Pete Maravich? ¿Dave Bing? Sí, se han presentado algunos casos, y uno se pregunta si Danny Granger será el siguiente. Los últimos tres años promedió 19,6 puntos, luego 25,8, después 24,1 y nunca se clasificó a los playoffs. Cumplirá 28 años cuando termine la temporada y seguramente soplará las velas en el comedor mientras mira los playoffs por televisión, porque no parece haber un pronto alivio para los Pacers. Sí, ellos ficharon a Darren Collison, el esperado salvador en la posición de guardia armador, pero él aún no ha probado nada en torneos de largo recorrido. Indiana aún está en proceso de volverse a armar, al menos hasta el próximo verano, cuando limpien algún espacio salarial. Hasta entonces, de esto sí podemos estar seguros: Indiana jugará duro pero no se clasificará a los playoffs por cuarta vez consecutiva y Granger volverá a brillar.
Pistons. Detroit, ya saben, ganó el campeonato hace seis años. Saben la razón por la que les quiero recordar esto, pues porque parece que esto fue hace 16 años en una franquicia que parece haber seguido en reversa. Los últimos años en particular han sido muy duros: 39 triunfos y una barrida en la primera ronda de la postemporada, luego 27 victorias y una crisis de relaciones públicas. El intercambio de Chauncey Billups (por Allen Iverson) dejó a los Pistons en su actual bajón y lo que más preocupa es que nadie asegura que las cosas puedan mejorar en un futuro cercano. Hay muy pocos jugadores valiosos que puedan intercambiar dentro de su nómina, o alguna estrella que pueda brillar o un gran espacio salarial en el horizonte. Sus mejores cuatro o cinco jugadores no estarían en la rotación titular de un buen equipo. Y además está el problema con los dueños y el hecho de ver si Karen Davidson encontrará tarde o temprano a un buen comprador. Hagan las cuentas, y si eres un seguidor de los Pistons, no les gustará mucho la respuesta.
Wizards. Hace pocos años este equipo iba para algún lado. Y luego vino el colapso, originado por Gilbert Arenas, primero por salir herido (no fue su culpa), después por llevar sus juguetes al trabajo (definitivamente su culpa). Pero eso es otra historia y ahora los Wiz están trabajando con un nuevo dueño, un nuevo guardia armador (John Wall) y un par de interesantes hombres grandes como JaValle McGee y Andray Blatche. Si ponemos a Kirk Hinrich en esta mezcla, ¿será que podremos ver a los Wizards peleando por el último cupo a los playoffs en la débil Conferencia Este? Sí, eso es seguro. Pero aún tienen el problema de Arenas y el hecho de ver si él es bueno o malo para los Wiz. Eso es suficiente para quitarles el beneficio de la duda.
76ers. Doug Collins se las arregla para elevar el nivel de todos los equipos que ha dirigido como entrenador: los Bulls, los Pistons y los Wizards. Collins ha tenido muy buenas lunas de miel en esos lugares y no hay razones para pensar que no pueda disfrutar otra con el conjunto que alguna vez brilló como jugador. Coloquemos la situación de la siguiente manera: los Sixers están en el radar en Philladelphia por primera vez desde que se fue Iverson. Y no son tan malos como el equipo que ganó apenas 27 encuentros la temporada anterior. Uno puede ver a los Sixers peleando con los Raptors por el último puesto en los playoffs, especialmente si Collins encuentra la manera correcta de rejuvenecer a Elton Brand y hacer que Jrue Holiday se destape esta campaña. Es como tirar una moneda al aire, la cual puede caer del lado favorable a los Sixers si Evan Turner no juega como un novato.
Kings. Quizás si jugarán en el Este, ellos tendrían una oportunidad. Ya saben, uno puede esperar que equipo joven logre más de lo esperado en una campaña de 82 partidos. Bien, eso no sucederá en el Oeste, donde el conjunto que terminó octavo ganó 50 choques la campaña pasada. Y los Kings, aunque tienen el pie en el acelerador, no llegarán a esa marca. Lo que pueden hacer, y posiblemente logren, es ganarse mucho respeto por la manera en la que han pellizcado y cambiado su nómina desde el año pasado. Pueden tener al ganador del Premio al Novato del Año (una vez más) con la llegada de DeMarcus Cousins y al candidato Jugador que Más Mejoró en Carl Landry. Si le sumamos a Omri Casspi y a Tyreke Evans veremos porqué los Kings, que ganaron solamente 25 partidos hace un año, llegarán a los playoffs ... en el 2012.
Warriors. Bien, esto será lo mejor del equipo: Stephen Curry estará en el Partido de las Estrellas y tendrá una buena química con David Lee, casi (pero no la misma) como la que disfrutaron Stockton y Malone. Si es así, damas y caballeros, los Warriors de la campaña 2010-11 pueden mirar este año desde un buen ángulo. Algo más allá de esto no se ve muy factible para un club que tendrá que pelear en el duro Oeste. Tener en cuenta si el proceso de reconstrucción de los Warriors es largo o no dependerá del espacio salarial que logren limpiar y de ver lo que logren recibir por Monta Ellis, su único gran activo para un intercambio.
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