Uno de ellos obtuvo a los compañeros potentes y de alto perfil que deseaba.
Un contrastante mundo entre dos de los mejores jugadore de baloncesto de la
El otro se ganó el respeto que se merecía.
Uno de ellos finalmente abrió su cuenta de twitter y, claro, eligió KingJames como su nombre de usuario.
El otro nunca hizo nada para llamar la atención o alejarse de los leales sujetos que integraron el Equipo de Estados Unidos, a excepción de los momentos en los que necesitaba ganar partidos por sí mismo.
¿Será siempre así de fácil separa a estos dos hombre de aquí en adelante? ¿Uno con el ceño fruncido y un gran peso en sus hombros y el oro con una sonrisa en su cara y alas en sus pies?
Ese pudo o debió ser LeBron. Envuelto en la bandera en vez de estarlo en una sábana con su propia indulgencia. Jugando por las 50 estrellas del campo azul en vez de hacerlo por las tres en South Beach.
En una era donde la imagen lo es todo, esta fue una decisión fácil. Pero, de nuevo, James y su pandilla no han manejado bien ese mismo perfil en los últimos meses.
Pero desde los primeros momentos en los que salió de las luces de la televisión y se alejó de ese desastre de una hora en ESPN, James pudo haber suavizado las aguas y remendado su reputación si hubiera levantado el teléfono para llamar al presidente del Equipo de Baloncesto de Estados Unidos, Jerry Colangelo, y le hubiera dicho que esta listo para empacar sus maletas para viajar a Turquía y jugar en el Campeonato Mundial.
En la misma semana de comienzos de julio en la que James hizo todo lo posible para ser el centro de atención en el universo del baloncesto, Durant hizo todo lo que pudo para ayudar a un puñado de novatos y jugadores jóvenes para que los Thunder mejoraran en la Liga de Verano de Orlando. Durant no tenía ninguna razón para estar allí -- organizando llamadas para despertar a la gente a las 6 de la mañana, tempraneras sesiones de levantamientos de pesas y sentarse en el banquillo gritando para alentar -- con excepción de la alegría que obtiene de jugar este deporte.
En el mismo período de 24 horas en el que James estaba tratando de detener el mundo para que lo observaran, Durant estaba firmando silenciosamente un contrato de cinco años por 85 millones y extender su estadía en los Thunder.
"Los otras cosas no van conmigo", afirmó Durant mientras encogía sus hombros.
Mientras que la última imagen que la gente de Cleveland tiene de James fue la de LeBron casi rompiendo su camiseta de los Cavaliers tras la derrota final contra Boston en los playoffs y luego cuando virtualmente les abofeteó la cara en la televisión nacional, las memorias que Durant dejó este verano fue la agonizante derrota contra los Lakers en el sexto partido de la primera fase y la posterior ovación de pie que le dieron a él y su equipo los seguidores de Oklahoma City.
"Hay muchas cosas más que puedo hacer", afirmó Durant, el jugador más joven en la historia en la NBA en ganar un título de anotador.
Después se fue hacia Turquía y lo hizo, jugando duro, jugando inteligente, haciendo el role de líder que pudo o debió haber pertenecido a LeBron.
Quizás los hombres de poder en el baloncesto de Estados Unidos debían ahorrarse el dolor de cabeza y las molestias de hacer otras pruebas, más invitaciones rechazadas, más egocentrismos y simplemente enviar al equipo completo de los Thunder hacia Londres para los Juegos Olímpicos del 2012.
Después de todo, por la forma en la que Durant, Russell Westbrook y sus compañeros de equipo han progresado, ellos deberían ser coronados los nuevos campeones de la NBA en ese verano. Solo sellen sus pasaportes, coloque en el banquillo olímpico al entrenador Scotty Brooks y esos Thunder puede tener un jovial verano inglés y conseguir otra medalla de oro.
Si importar cuantas campañas y habladurías, sin importan la gran influencia que tiene Nike en el mundo del mercadeo, ¿será que el equipo de Estados Unidos – después de todo el trabajo que hecho para mejorar la imagen del país en este deporte — realmente quiere dar un paso atrás en su protagonismo olímpico en dos años al ser liderado por un jugador cuya reputación ha caído desde un precipicio?
El último reporte dice que el ‘Q Rating’ de James', sistema que mide la favorabilidad entre las figuras públicas, ha caído en piacada libre hasta ser el sexto peor entre los deportistas profesionales. Ahora tiene una imagen negtiva para el 39 por ciento de la población general. Eso significa un incremento del 41 por ciento desde enero y seguramente sus número seguirán empeorando.
James y sus compañeros en los Miami Heat dicen que están interiorizando y recordando todas las críticas de ahora y preparándolas para usaralas como gasolina para usaralas a su favor.
LeBron señaló responderá todas las preguntas acerca de sus decisiosnes y sus habilidades como líder cada vez que los Heat entren a una cancha para jugar.
Lo más gracioso es que él ya habría podido responder a estas preguntas acerca desu liderazgo, si él hubiera llevado a cuestas la bandera y la carga del Equipo de Estados Unidos.
En vez de eso hubo imágenes desde Estambul de un Durant orgulloso y que cada día crece más como jugador y como persona, jugando con la emotividad y escribiendo la fecha del ”9-11-01” a un lado sus zapatillas como unaespecie de tributo en un magnífico triunfo en las semifinales contra Lituania, y luego regresó el día sigueinte para ganar la medalla de oro ante Turquía.
En su hogar, KingJames estaba escribiendo en su twitter acerca del partido de fútbol americano entre los Cowboys y los Redskin.
Un mundo diferente en muchas formas.

