O, en la siguiente jugada dentro de la cancha, Wade penetrando por la
línea. Luego pasando el balón a James, que queda sólo para un disparo de
22 pies. Y LeBron, en lugar de hacer un lanzamiento, ejecuta un pase
alto flotado para Bosh, quien se eleva y finaliza la jugada.
También hay otra versión, en medio de la docena de opciones en la que
Bosh inicia la jugada y es James o Wade quienes anotan dos puntos ante
un impotente rival. Esencialmente, si las tres súper estrellas de la
NBA, que muy pronto serán agentes libres, firman con los Miami Heat,
podríamos tener momentos equivalentes a una medalla de oro durante 82
partidos mientras se disputa la temporada regular. Y otras 20 o 24
ocasiones en la postemporada, a menos de que este grupo sea tan bueno
que únicamente necesiten 16 encuentros.
Pero lo que funcionó tan bien en Beijing quizás no se vea de manera tan
feliz en Memphis, Sacramento, New Orleans o, incluso, en el sur de la
Florida. Lo que fue genial para el equipo estadounidense por un par de
semanas durante un verano puede que no sea tan bueno para la NBA en los
próximos cinco, seis o siete años.
El Plan de Miami – o la Máquina Asombrosa de Miami, si así le quieren
decir – es tan peligrosa como fascinante. Y no solamente hablamos dentro
del campo.
Con el espacio salarial que los Heat liberaron en los días previos al
Draft – y con otro pequeño cambio en su nómina, como descargar a Michael
Beasley y su contrato -- Miami estará en posición de fichar no a uno,
ni a dos sino a tres grandes agentes libres en el mercado a partir del
jueves a las 12:01 a.m
La pieza principal, claro, sería Wade, quien ya tiene lo que varios de
los agentes libres del 2010 estarán buscando como locos por estos días:
Un anillo de campeón. ¿Será coincidencia entonces que entre los agentes
libres de elite el guardia lanzador de los Heat parece tener todo
arreglado para quedarse quieto? Podría ser. Wade no necesita un nuevo
equipo, una nueva organización o un nuevo enfoque. Sólo necesita una
renovación, en todos esos frentes.
Allí es cundo entra en escena el presidente del equipo de Miami, Pat
Riley, con todo su glamour, intensidad, pedigrí y sus habilidades para
hablar y gran poder de convencimiento. Riley llegará a Akron, Ohio, para
venderle su proyecto a James antes o después de que lo hagan sus
rivales de New York, New Jersey, Chicago o los L.A. Clippers. Ninguno de
los anteriores ha hecho o ha conseguido lo de Riley y, en gran parte,
eso es lo que precisamente pide James del lugar al que quiera ir.
Tres de esos pretendientes –los Knicks, los Nets y los Clippers – han
sido los peores equipos de la liga durante los años de vida de James, y
los Bulls no han peleado un título desde que James estaba cerca de la
pubertad. Riley tiene un puñado de de anillos, incluido uno ganado en el
2006. Él dirigió ese equipo de los Heat al campeonato y posiblemente
haría lo mismo en la campaña 2010-11 si James y Bosh se unen a Wade y
forman una nómina estelar. (Que Bosh llegue al equipo si James firma con
Miami se ve tan factible como que Wade siga en los Heat, a pesar de que
los comentarios del delantero de poder de Toronto que insinuaban que él
debía ser "pieza central" del club al que fuera).
Hagamos una pausa para apreciar o, al menos, para ver el significado de
esto. Aunque este grupo no necesariamente sea clasificado como el trió
más poderoso que su une para patear el trasero de sus demás rivales de
la liga – probablemente querrían ver a James, Kobe Bryant y Dwight
Howard – éste estaría muy cerca de eso. Muy cerca, ciertamente, de lo
que esta liga ha visto anteriormente, con la posible excepción de
algunos de los equipos de los Celtics en los que estaba Bill Russell.
En teoría, ellos no podrían fallar. Sería el sueño de los equipos de
fantasía de la liga. Un recuerdo de la era de Michael Jordan y Scottie
Pippen, aunque en este caso es como si también ellos hubieran contado
con Karl Malone. Un experimento increíble.
Un experimento de baloncesto, en el cual sería fascinante ver las
infinitas combinaciones tácticas y estratégicas. ¿Quién iniciará las
jugadas? ¿Cómo se mezclarán sus habilidades? ¿De dónde vendrían los
lanzamientos de larga distancia? Aunque, claro, con doble marcaciones
personales en tres lugares distintos de la cancha, la matemática simple
dice que habrán 2 ½ jugadores libres la mayoría del tiempo.
Como experimento de química y filosofía, podríamos aprender mucho sobre
las dinámicas del ego, el poder de sacrificio y los ingredientes
necesarios que traen el hecho de unir un trío de personalidades tan
fuertes. ¿Quién será la primera opción? Casi con seguridad sabemos cuál
será la tercera, ¿pero cómo se decidirán la primera y la segunda?
¿Tendrá el privilegió Wade porque ese era su equipo primero? De ser así,
¿qué es más alto en la realeza que el ’Rey’?
Como experimento financiero, podríamos ver finalmente cómo funciona la
metodología de construir equipos de los New York Yankees en el
baloncesto profesional. La NBA ha estado protegida de eso desde hace
mucho tiempo por el tope salarial, pero esto podría ser lo más cercano
que un equipo estaría de abrir su billetera para comprar lo mejor de lo
mejor de este deporte.
Como experimento cultural, sería fascinante ver cómo una galaxia de
estrellas brilla y se relacionan más allá de los gimnasios. ¿Saldrán
juntos? ¿Tendrían la oportunidad de verse fuera de la cancha?
Finalmente, como experimento político y competitivo... bien, acá es
donde hay más expectativas. Asumimos en principio que Cleveland y
Toronto, abandonados por James y Bosh, respectivamente, estarían fritos.
Al menos por algún (largo) tiempo. ¿Pero qué podemos decir de los
mercados que prefieren construir equipos campeones de la manera
tradicional? ¿Podrán competir contra la nueva mezcla de súper estrellas,
dinero y mínima emotividad?
Además, ¿qué podríamos decir de James y Wade como competidores? Una
amistad y la idea de dominar la NBA juntos les gustará más que arriesgar
sus cabezas año tras año para determinar cuál de los dos es el mejor?
Con lo grandioso que fue el Dream Team, la NBA se habría perdido mucho
si Magic Johnson y Larry Bird no hubieran sido rivales, si Michael
Jordan no los hubiera reemplazado y superado ambos y así sucesivamente.
El Plan de Miami podría entrar en acción en julio. Este mes de julio.
Sólo que no estoy seguro de cómo se vea éste de noviembre a julió del
próximo año.

