La fiebre del Mundial toma Boston, a pesar de la NBA
En plena disputa de las finales de la NBA, donde participa el equipo local de los Celtics, la fiebre del Mundial de fútbol parece haber tomado la ciudad de Boston, con bares y locales listos para la gran cita de este sábado, el estreno de EEUU contra Inglaterra en el grupo C.
Se espera que millones de personas vean el partido en todo el país y también en Boston: a pesar de que los Celtics están buscando el título contra sus rivales de la costa oeste, Los Angeles Lakers (empate 2-2 por el momento), los bostonianos van a seguir también con pasión el Mundial sudafricano.
El UNO Grill, un restaurante en el campus de la universidad de Harvard, ya tiene instaladas 10 pantallas gigantes para retransmitir todos los partidos del evento y acoger a fans como Kris Dumas, un profesor de historia que, aunque no suele ver fútbol, reconoce que el Mundial es diferente.
"Soy consciente que Inglaterra es favorita y que EEUU está buscando su lugar", dice Dumas, que el jueves pasado estuvo en el Boston Garden Arena para ver la victoria de los Celtics contra los Lakers (96-89).
"Inglaterra es nuestro principal enemigo, lo sé bien porque trabajé en Cape Cod (al sur de Boston), donde hay una gran comunidad irlandesa", bromea.
Después de los sudafricanos, los aficionados de EEUU son los que más entradas compraron (132.000) para ver los partidos del Mundial.
Pero en Boston no sólo hay hinchas estadounidenses. Los sudafricanos de la ciudad también se están organizando para vivir al máximo el evento, con grandes fiestas para ver los partidos en los pubs y restaurantes de la ciudad.
Janet Heard, que tiene una beca de investigación en la Universidad de Harvard, es una de las muchas fans de los Bafana Bafana, consciente que el Mundial es algo único, una ocasión irrepetible para unir a gente de procedencias muy distintas.
"El Mundial es uno de esos momentos donde todos los sudafricanos estaremos juntos. Igual que en 1994, cuando celebramos nuestras primeras elecciones democráticas o en 1995, con el Mundial de Rugby", explica.
"Cuando ví la ceremonia de apertura me emocioné mucho porque me recordó lo fantástico que es mi país", añade.
Otro sudafricano, Steve Pike, de Ciudad del Cabo, vio el viernes el partido inaugural entre Sudáfrica y México (1-1), aunque reconoció su frustración por la falta de entusiasmo de los bostonianos.
"Culturalmente fue un poco frustrante, porque los estadounidenses no comparten nuestro amor y nuestra pasión por el fútbol. Pero fue emocionante y también una oportunidad para animar a la gente de aquí para que vean fútbol. Estoy orgulloso del empate a 1 contra un gran equipo de México", asegura.
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