Ambrosino es un alero cordobés que tras dos temporadas
jugando en juniors colleges de los Estados Unidos, este año tendrá su
gran chance en la División I jugando para una Universidad conocida: BYU.
Tras
partir muy joven de Argentina y pasar tres años en la cantera del Real
Madrid, Agustín Ambrosino llegó a los Estados Unidos a través de unas
gestiones que realizó Miguel Ferreyra. Luego de dos temporadas jugando
en Junior College (NJCAA) y mucho sacrificio, el alero cordobés está
listo para recoger los frutos de tanto esfuerzo: su muy buen rendimiento
en los Salt Lake City Bruins (NJCAA) atrajo la atención de una larga
lista de universidades de División 1 y tras acordar con Brigham Young
(BYU) consiguió su ansiado objetivo de llegar a la máxima categoría del
básquetbol universitario estadounidense.
Antes
de partir hacia su nuevo destino, el cordobés de 2.02 metros y 21 años
recibió a Básquetblog. Relajado y rodeado por su familia habló de todo:
sus expectativas en la NCAA, la ilusión de ser parte del recambio
generacional en la selección argentina y su deseo de tener revancha en
Europa.
-Has
vivido muchas veces ya esta situación de irte de Argentina al exterior
por una larga temporada. ¿Es diferente esta vez al saber que vas a jugar
en la División 1 de la NCAA y en un equipo importante como BYU?
-Sí,
es diferente. Yo estoy muy contento. Jugar en la División 1 fue mi
objetivo desde que llegué a Estados Unidos y BYU es un programa muy
serio y con una organización excelente. Además es distinto, también,
porque esta vez mi hermana se va conmigo unos dos meses y se hace mucho
más fácil. Lo que más cuesta son las primeras semanas, pero después
agarrás el ritmo normal y estás bien. Siempre he tenido la suerte de
adaptarme bien. Además en Utah va a ser mucho más fácil porque ya hice
algunos amigos (la temporada pasada jugó en Salt Lake City, capital de
Utah).
-Tuviste varias ofertas ¿por qué elegiste BYU?
-Tenía
la posibilidad de ir a Utah que es la universidad rival de BYU y que
juega en el PAC 12 (una de las conferencias más fuertes). Tenía la
posibilidad de la Universidad de Pepperdine y varias más. Pero después
del primer año en Estados Unidos empecé a entender que lo que uno tiene
que buscar es un buen lugar pero, sobre todo, que encajes en el estilo
de juego del programa. Yo creo que el estilo de ellos me funciona porque
les gusta jugar 4 afuera y 1 adentro. Además se va Noah Hartsock (se
graduó) que era el 4 titular y el hecho que no esté él me da muchas más
posibilidades.
-¿Qué expectativas tenés para tu primera temporada en BYU?
-Quiero
adaptarme lo más rápido posible. Sé que es una liga más fuerte. Quiero
que me tengan en cuenta. Yo sé que si me puedo involucrar en el equipo,
las estadísticas van a venir solas. Espero que ganemos la mayor cantidad
de partidos posibles y ser parte. Que digan: él está ayudando, cumple
su rol. Es difícil pero sé que si entreno duro lo puedo lograr.
-Estuviste
en una preselección nacional sub 19. ¿Llegar a la NCAA te da ilusiones
de que te tengan en cuenta de cara al recambio generacional?
-Siempre
tuve la ilusión de llegar a una selección. El básquet universitario es
un nivel alto en donde te siguen todos los scouts de la NBA y hay un
gran entendimiento del juego. De todas maneras sé que hay muchos otros
chicos de alto nivel que juegan profesionalmente y además entiendo que
es otro estilo de juego; que te vaya bien en una universidad no quiere
decir que te vaya bien en la selección o en otra liga por que el estilo
de juego es distinto. Pero creo que jugar en la NCAA te sirve mucho, te
enseñan muchos fundamentos.
-¿Te
preocupa jugar lejos o la poca exposición de la NCAA aquí en Argentina,
pensando en mostrarte de cara al recambio en la selección?
-No,
a mí personalmente no. Para mí, en este momento, entre los 18-22 años,
la NCAA te enseña y te prepara para estar al nivel físico de la NBA. El
pivote de nuestro equipo (Brandon Davis) tiene chances de NBA y entrenar
con jugadores como él, de su físico, capacidad atlética y talento creo
que me sirve mucho. Además cuando mirás las preselecciones para el
repechaje olímpico o para las olimpiadas siempre hay chicos que juegan
en la NCAA en casi todos los equipos.
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Fuente: Diego García, www.basquetblog.wordpress.com


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