Chris Bosh, durante gran parte de sus siete temporadas con los Toronto Raptors, fue una estrella individual y a la que poco le importaba su equipo.
Bosh quizás pueda igualar o superar la contribución de Garnett en los Boston Celtics como pieza integral de un complicado rompecabezas.
Sus elecciones al Partido de las Estrellas (cinco) contrastaron con sus apariciones en la postemporada (dos). Sus estadísticas—20,2 puntos por partido y 9,4 rebotes en total durante las últimas dos temporadas – tuvo un impacto mucho más grande frente a los ojos de la gente que dentro de la misma cancha, teniendo en cuenta que en general los Raptors terminaron 66 partidos por debajo de los .500 durante la ‘era’ de Bosh, con una sola temporada ganadora y con apenas tres triunfos en sus 11 encuentros en los choques de playoffs.
Y para aquellos que ocasionalmente comparaban al joven delantero de poder de Toronto con Kevin Garnett...bien, los paralelos en términos de inutilidady años descuidado y abandonado en la NBA tienen sentido. Todos los relacionados con ser un gran pasador, gran sentido de compromiso, excelente ejecución defensiva e intensidad nuclear en ambos lados del campo, no lo tienen.
Pero Bosh quizás acaba de conseguir el mejor logro de su carrera profesional— del pasado, presente o futuro – luego de que los Miami Heat lo contrataran en su nuevo conjunto de mega estrellas mediante el mercado de agentes libres. No es algo brillante como jugador, pero sí como el hombre que puede brillar al lado de Dwyane Wade y LeBron James.
Bosh quizás pueda igualar o superar la contribución de Garnett en los Boston Celtics como pieza integral de un complicado rompecabezas. Los Celtics, en este momento, solo han ganado un título en la NBA. Los Heat, en la cabeza de la mayoría con excepción de algunos incrédulos y de varias personas desencantadas en Cleveland, posiblemente ganarán muchos.
Pero esto es equivalente a Horace Grant y su role de ayudante principal de Michael Jordan y Scottie Pippen. O algo similar a que Robert DeNiro y Al Pacino se juntarán e hicieran un trato para hacer una película con Kurt Russell. Fue una secuencia de sucesos que se volvió realidad por varios factores, desde las grandes habilidades que tiene Bosh – tanto Wade como James esperaban jugar con un delantero de poder efectivo dentro de la pintura y que lanzara bien desde la media distancia – hasta la gran amistad que tiene con las otras dos estrella de la promoción del 2003. Fuera del campo, donde sus personalidades importan más que sus estadísticas, salarios o portadas en Sports Illustrated, el orden jerárquico de algunos fanáticos no colocan necesariamente a Bosh como el tercero en importancia.
Pero también está Bosh y su libertad extrema, algo que no tenían Wade y James. Ah, Dwayne realizó sus entrevistas como agente libre y –si alguno de los reportes que acontecieron entre el primero y el 8 de julio son verdaderos – dicen que estuvo tentado a irse a los Chicago Bulls. Pero la sabiduría convencional siempre afirmó que Wade se quedaría en Miami; él parecía feliz y ya tenía un anillo de campeón en su estante de trofeos.
James, incluso más que Wade, estaba enfrentando una presión interior y exterior más fuerte para quedarse en Cleveland. Era, después de todo, su hogar – lo suficientemente cerca, a solo 40 millas de Akron – y era una franquicia construida alrededor de sus talentos, sus logros y su potencial para conseguir cosas mejores y más grandes. También era una organización que trató de satisfacer a James en maneras nunca antes vistas en algún otro equipo.
¿Y Bosh? ÉL estaba libre de todo este tipo de restricciones. El hombre nacido en Dallas había durado siete años en el único mercado extranjero de la NBA. Los Raptors fallaron al tratar de rodearlo con las piezas necesarias para lograr un equipo ganador – y seamos realistas, cualquiera que hayan sido la maniobras con las que Bosh llamó la atención de Wade y James, él nunca habría podido atraer mejores compañeros de equipo en Toronto.
Además, la popularidad de Bosh, aunque era buena entre los seguidores de los Raptors debido a sus buenas actuaciones y el tiempo que llevaba allí, no era tan fuerte como la que tenían las súper estrellas de los Cavs y los Heat.
Entonces el jugador dejó claro sus intenciones y los Raptors sabían que su jugador más importante se iría del equipo. Y eso produjo que Bosh, entre todos lo jugadores, impactara lo que hicieran Wade, James, los Heat y, en realidad, a las demás franquicias en la NBA.
Bosh no quería jugar en Cleveland. James también se fue. (De nuevo, esto nos hace preguntar si los reportes de fichaje e intercambio fueron serios. Si eran cortinas de humo, entonces todos fuimos burlados).
Bosh no quería ir a Chicago. Entonces Wade no dejó plantado a los Heat.
En cuanto a los otros posibles escenarios -- New York, New Jersey, Houston y Dallas – Bosh no sentía que pudiera tener a un súper amigo jugando a su lado, no le gustaban las oportunidades que le presentaba el mercado para ganar, o las dos anteriores.
Bosh se debió haber dado cuenta de eso, pues con otro contrato de varios años habría tenido más cosas en común con Garnett, quien duró 12 temporadas en Minnesota y tenía 31 años cuando aceptó su traspaso a Boston donde logró el título en el 2008. Distinto a lo que sucedió con Garnett, Bosh fue la primera pieza del rompecabezas, no la tercera. Pero el resultado se presume que sea, se espera que sea, igual que el anterior.
Chris Bosh dejó Toronto pero no para ser la pieza principal de un equipo, tal y como lo había afirmado durante la primavera pasada. Pero se transformó en la pieza principal en la confección de ese conjunto. Y eso puede ser mucho mejor.

