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James se enfrenta con "optimismo" al partido más decisivo como profesional de la NBA
Houston (EEUU), 13 may (EFE).- El
alero LeBron James ha pasado de ser la gran figura "incuestionable" de
la NBA al líder que se enfrenta con su equipo de los Cavaliers de
Cleveland ante el partido más decisivo desde que llegó hace siete
temporadas a la NBA.
Se trata del sexto de las semifinales de la Conferencia Este que van
a disputar los Cavaliers contra los Celtics de Boston y a James y a su
equipo no les vale nada más que el triunfo.
Una misión considerada por los propios seguidores de los Cavaliers
como "imposible" porque el partido se juega en el TD Garden, después de
haber sido humillados en el suyo propio del Quickens Loans Arena con el
peor marcador en la historia del equipo de Cleveland (88-120) en el
quinto partido.
La derrota y la pobre actuación que tuvo James, al quedarse con sólo
15 puntos tras fallar 11 de 15 tiros de campo, le han costado a la
estrella de los Cavaliers ser el centro de atención de los editoriales
deportivos y comentaristas que le han recordado que para ser leyenda
tiene que ganar títulos y eso de momento no es posible.
Pero además nadie sabe si habrá jugado el último partido con los
Cavaliers en Cleveland al ponerse 3-2 abajo en la eliminatoria al mejor
de siete.
James no quiere oír hablar de su futuro, ni de lo mal que jugó en el
quinto, simplemente considera que puede volver a ser la súper estrella
que en el tercer partido anotó 38 puntos en el TD Garden, incluidos 22
en el primer cuarto, después que también llegaron a Boston con una
derrota sufrida en el segundo disputado en Cleveland.
Es el momento de la redención para James, al margen de lo que pueda
hacer cuando concluya la temporada, el sexto partido le debe servir para
salvar a los Cavaliers de la eliminación, recuperar su condición de
líder estrella y además que los seguidores del equipo vuelvan a tener
confianza en su figura.
"Soy consciente de que frustré a muchos seguidores con mi juego,
pero ahora del quinto partido no puedo hacer nada, se trata de pensar
que o ganamos o comenzamos las vacaciones", declaró James. "Los
compañeros también son conscientes de esta realidad y es a la que
debemos enfrentarnos".
James no quiere hablar para nada de lo que pueda suceder el próximo 1
de julio cuando sea agente libre sin restricciones, si del problema de
la lesión del codo, que será un asunto que tendrá que solucionar cuando
concluya la competición, de las críticas contra el entrenador Mike
Brown, su propio legado o el enfado del dueño de los Cavaliers, Dan
Gilbert.
La estrella de los Cavaliers tuvo respuestas para todos esos asuntos
que le involucran de manera directa y se mostró comunicativo y confiado
con los periodistas, algo que no sucedió nada más concluir la
humillación ante los Celtics, que su ánimo era de "resignación".
"Es cierto que no jugué bien, que por supuesto que puedo hacerlo
mucho mejor que en el quinto partido, pero jamás me siento desilusionado
conmigo mismo porque lo doy todo en el campo", destacó James, que al
concluir la temporada regular ganó el segundo premio consecutivo de
Jugador Más Valioso (MVP) de la liga.
James reiteró que "jamás" lo van a ver en una mesa ante los
periodistas para recriminarse a sí mismo y lamentarse.
"Soy como soy", reitero James. "Tampoco voy a mostrar a ustedes que
estoy enfadado, que siento pánico, y mucho menos lamentarme porque
perdimos por más de 30 puntos", explicó James. "Eso no va con mi
persona, como yo soy".
James dijo que el equipo tenía que entender que había que ayudarse
todos y esa era la fórmula para conseguir la victoria en el sexto
partido
.
Aunque no quiso hablar para nada de la estrategia que hasta ahora
había tenido el entrenador Brown --quinta temporada con el equipo--,
pero la realidad es que no ha sido capaz durante los cinco primeros
partidos de encontrar la manera de controlar el juego brillante y
decisivo del base Rajon Rondo, líder indiscutible de los Celtics.
James tampoco se refirió a los comentarios que hizo Gilbert, el
dueño de los Cavaliers, después de ver el quinto partido y denunciar el
poco espíritu de lucha que había puesto todo el equipo, señalando de
alguna manera a Brown como el responsable de ese estado anímico de los
jugadores.
"No voy a entrar en lo que dicen los dueños", señaló James. "Eso es
como él sintió que tenía que expresarse, pero ninguno de los jugadores
que salimos al campo pensamos que no vamos a luchar al máximo y al
perder como lo hicimos ante los Celtics nos duelo mucho más que a los
aficionados".
Pero James también recordó que son profesionales que deben sólo
pensar en el siguiente partido y especialmente en el sexto de la
eliminatoria, que sabe perfectamente que es sin discusión el partido de
mayores consecuencias de cara al futuro como profesional.