Santo Domingo.-Aunque más que una telenovela, lo que parece que está sucediendo con el baloncesto dominicano es una “película de terror”.
No bien pasa el torneo presuperior distrital, que se acercó más al deporte-espectáculo de la lucha libre que al baloncesto cuando se agrega el ingrediente de la posibilidad de receso por parte de, nada más y nada menos, que el equipo campeón del torneo superior distrital del año pasado.
El club Rafael Barias enclavado en el populoso sector de Villa Consuelo ha expuesto ante la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (Abadina) su imposibilidad de presentar el equipo por sí solo ante la renuencia de la Comisión Administrativa (ante la falta de liquidación por concepto de taquilla y cantina del año pasado) a realizar la misma labor una vez más.
La situación, para una justa anunciada para iniciarse el próximo día 16 de abril, fecha que ya muchos ponen en dudas, es de mucho cuidado.
Y todo no es más que el resultado del “festival” de conseciones de franquicias que en los dos últimos años se ha producido en el basket superior distrital.
No cuestionamos, de ninguna manera, los méritos de clubes como el Rafael Barias, Bameso, Huellas del Siglo y El Millón que han sido favorecidas en los últimos dos años.
Pero es muy poco tiempo para afianzar una nueva franquicia, sobre todo de cara a la venta de patrocinio, que tan difícil se le ha puesto a la justa en los últimos años debido a la insistencia en contar cada vez más con el apoyo, necesario y obligatorio, del Estado a través del gobierno; pero que ha llegado a un extremo que ralla en el exceso.
MENOS CALIDAD
Además, con el afán de cumplir con la segregarte y debilitante “división territorial” hace dos años se organiza un torneo de la Provincia de Santo Domingo, lo que no hace más que espaciar, aun más los de por sí escasos recursos humanos y económicos que puede captar el agonizante baloncesto.
Dos franquicias exitosas como Los Mina y Calero, de Villa Duarte fueron sacrificadas, pero también salieron del escenario Villa Francisca y Los Prados, estas dos últimas por alegada falta de administración.
Sin embargo, para esas franquicias no hubo intento de salvarla como ahora sí se hace con el Rafael Barias.
Nada en contra de los amigos barianos, pero para ser justos, la Abadina debería de medir a todos con la misma vara.
Una posible solución sería la organización de un Torneo Metropolitano con dos circuitos, sedes en el Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto y en el Pabellón de Balonmano del Parque del Este.
Con un Comité Organizador de personas del sector privado, gerentes de cada equipo con una estructura en cada departamento, incluyendo prensa, relaciones públicas, ventas, etc.
